Clervaux nació en el siglo XII en torno a la fortaleza construida por la Casa de los Brandemburgo, a la que se fueron añadiendo, sucesivamente, nuevos alojamientos, establos, torres y bodegas que afianzaron el carácter defensivo del recinto y del pueblo que surgió a sus pies.
Fue Claude de Lannoy, en 1634, quien reformó algunas estancias, como la Sala de los Caballeros, para transformar el castillo en una residencia palaciega. A principios del siglo XX, el edificio se convirtió en un hotel de lujo pero el estallido de la II Guerra Mundial y su posterior destrucción durante la batalla de Las Ardenas lo sumieron en la ruina, hasta que el Gobierno luxemburgués adquirió su propiedad e inició la ardua tarea de reconstruirlo, intentando devolverle a su aspecto original.
La Abadía benedictina de San Mauricio que domina el valle del Clerve con su agudo campanario. Se construyó a principios del siglo XX y contiene una interesante exposición de costumbres religiosas y ahora en obras.
La Capilla de Nuestra Señora de Loreto
Iglesia parroquial. Fue construida entre 1910 y 1912 siguiendo las trazas del característico estilo románico .

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